Me gustan los cerdos, un bicho que me encanta, tanto verlo como……. comerlo!!!!! Dios que rico es el jamón serrano; no en vano nací en uno de esos años que los chinos llaman del Jabalí, vamos el cerdo salvaje.
Tanto me gustan y tan gracioso y simpáticos los encuentro que tengo una pequeña colección de ellos.
Esta colección ha dado paso a una venganza de lo más intima y personal.
Era habitual entre los compañeros de la empresa hacerse fotos en ocasiones como Navidades, cumpleaños, ascensos, bodas…. y todo ese tipo de cosas. Así que al igual que figuras, huchas, jarras y demás que componen mi colección de cerditos; también tengo una nada desdeñable colección de fotos de compañeros y jefes. Así que nada más sencillo que cuando alguien me hace enfadar mucho, pero mucho, pongo junto a mis adorables figuritas la foto del individuo/a en cuestión…….. ellos no lo saben, ni se imaginan que han pasado a ser parte de una piara humana. Algunas de esas fotos ya tienen marco, intuyo que formaran parte de mi colección durante mucho tiempo, no quiero que se estropeen. En mi descargo he de decir que el original de alguna de ellas, para su próxima vida se merece un destino peor que vivir en una porquera.
Sé que es infantil, pero esta acción tan sencilla y tonta me evita hacer un acto más agresivo y me permite conservar las buenas maneras y mi encanto natural…….. que en el trabajo es algo primordial.
Un último consejo sobre el particular: Si invitáis a compañeros y/o jefes a vuestra casa por algún motivo…….. acordaros de retirar las fotos, os sorprenderá saber que la mayoría de la gente no tiene tanto sentido de humor y se lo toman como una grave ofensa.