de lo que va esto

mi vida marujil, curiosidades, consejos, recetas, lo que me enternece, lo que me mortifica, lo que me encuentro, lo que me encuentra.







TODO LO DIVERTIDO ES ILEGAL, INMORAL O ENGORDA




miércoles, 15 de junio de 2011

Sauna en un balneario



Llevaba un montón de días con un resfriado que no se acababa de curar, por aquel entonces confiaba en los remedios naturales, me aconsejaron que tomara una sauna húmeda para “liberar los pulmones” , así que como hay un lugar cercano con aguas termales de reconocidas propiedades desde época de los romanos, para allí me fui.

Era un sábado por la mañana, en esa población hay varios centros termales, me decidí por un histórico hotel balneario de estilo modernista, me encontré que por aquel entonces el servicio propiamente de balneario no funcionaba los sábados, no obstante cuando comente que solo quería tomar una sauna, me dijeron que no había problema, puesto que esta se alimenta del agua termal, la cual es imposible de parar.

Uno de los recepcionistas me acompaño hacia la zona del balneario; estaba totalmente vacía y casi en penumbra ya que al estar sin actividad solo mantenían encendidas unas pocas luces, daba hasta un poco miedo,  un lugar tan grande y vacio. Me indico donde se encontraban los vestuarios, las toallas limpias, la sauna con una ducha en un cuartito contiguo, se marcho diciendo que ya irían viniendo de recepción para comprobar que no tuviese ningún problema.

Me desvestí, y salí envuelta en una toalla; me metí en el habitáculo de la sauna, el cuarto parecía una gruta gracias a unas grandes piedras de entre las que emanaba la calentísima agua termal, creando una atmosfera bastante tenebrosa, había un par de asientos y un de banco largo todo de piedra, me senté en uno de los asientos, al cabo del rato sofocada, salí a refrescarme en la ducha, volví a la sauna esta vez poniendo mi toalla encima del banco sobre el que me estire, avisando de su llegada,  entro el recepcionista, me encontro  incorporada y tapada con la toalla.

Después de una breve conversación, se volvió a marchar, al cabo de un rato volvió pero esta vez no aviso previamente de su entrada con lo que a pesar de que me tape con rapidez pudo ver uno de mis pechos. No pidió disculpas por su indiscreción, me pregunto cómo estaba y se volvió a marchar, esta vez sin especificar si volvería o no, después del incidente no creí que volviera, me equivoque.

Lo convirtió en una especie de juego, entraba sin avisar para comprobar que seguía bien y de paso intentaba pillarme sin la toalla. Hasta que harta y agobiada, pensé que no iba a ver nada que no hubiese visto y cuando entro no hice ni el amago de cubrirme, me quede estirada en el banco, sin levantarme, desnuda.


Parecía un gato ante un plato de leche, no se fue, tampoco se acerco, se quedo en el quicio de la puerta, mirando,  me miraba con autentica devoción,  sin moverse; yo actuando como si estuviese completamente vestida, me incorpore y pase por su lado hacia la ducha,  me siguió y estuvo allí mientras me duchaba y secaba, por un momento pensé que quizá me ayudaría a secarme…. No lo hizo.

Fui al vestuario completamente desnuda;  la toalla la había dejado en una cesta para la ropa sucia que había a la salida de la ducha, él iba detrás sin apartar su mirada de mi en ningún momento, le costaba respirar, me vestí mientras él observaba como lo hacia; con la luz nítida del vestuario pude ver pesar del pantalón lo que ya intuía, ni tan siquiera me sonrió al ver que lo miraba, yo tampoco lo hice, me acabe de arreglar y salimos hacia la recepción, les dijo a sus compañeros que me iba a enseñar los jardines, como así hizo, yo no se lo había pedido.

Me sentí como una verdadera reina, la mujer más sensual de la tierra, una fruta prohibida, todo el tiempo estuvo a mi lado con esa mirada anhelante de deseo, manteniendo su erección incluso mientras paseábamos por el jardín. Cuando me despedí, le di la mano, y el mirándome a los ojos dijo que esperaba que volviera pronto. No volví nunca más….